De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud, el bullying se puede definir como: “El uso deliberado de la fuerza física o el poder, ya sea en grado de amenaza o efectivo, contra uno mismo, otra persona o un grupo o comunidad, que cause o tenga muchas probabilidades de causar lesiones, muerte, daños psicológicos, trastornos del desarrollo o privaciones” (OMS, 2011).
Uno de cada cuatro casos de acoso escolar se da a través de nuevas tecnologías y un 92% de las víctimas sufre alguna secuela psicológica.
El ciberbullying puede adoptar formas muy variadas, ya que las tecnologías cada vez son más sofisticadas y accesibles. Colgar una foto en internet comprometida, crear perfiles falsos, difundir rumores a través de las redes sociales o enviar mensajes amenazantes son algunos ejemplos de las formas que toman este tipo de agresiones.
Actualmente, las conductas de acoso no sólo se producen en el colegio, si no que invaden todas las áreas de la vida del niño o adolescente. La difusión que permiten las redes sociales, en este caso, se vuelve en nuestra contra; convirtiendo la vida del menor en un agobio permanente, donde difícilmente pueden sentirse seguros.
Las consecuencias más frecuentes en los menores, víctimas de ciberbullying, tienen que ver con desórdenes emocionales como tensión generalizada, ansiedad, baja autoestima, depresión, tristeza; y en los casos más graves, autolesiones e intentos de suicidio.
Los menores que sufren este tipo de acoso suelen sentir vergüenza y culpa, no se ven capaces de manejar la situación, y tampoco se atreven a hablar con un adulto sobre lo que está ocurriendo. El miedo a las represalias bloquea al niño, impidiendo que éste pida ayuda.
Padres, profesores y profesionales jugamos un papel muy importante en el desarrollo de estos problemas; en ocasiones, no tienen una idea muy clara sobre qué deben hacer, y esto perjudica directamente el bienestar del menor. De ahí la importancia de pedir ayuda al psicólogo, que sabe cómo manejar este tipo de problemas. Proteger a los menores de estas situaciones es fundamental para su bienestar físico y emocional.
Si estás siendo víctima de ciberbullying, PIDE AYUDA. Puede que creas que no va a servir para nada o que, delatando a los agresores todo puede complicarse. Pero tus padres o profesores pueden ayudarte, y de esta manera, facilitar que dejes de sufrir.
El ciberbullying es un problema de todos, y debe ser una prioridad para hacer que la infancia y adolescencia sea lo que tiene que ser, una etapa feliz y segura.