Un accidente como el que ocurrió hace unos días en Porriño, un atentado, una catástrofe natural… Todas ellas son consideradas como situaciones estresantes, y en algunos casos, traumáticas. Las reacciones tras vivir algo así pueden ser muy diferentes; cada persona experimenta cosas distintas en función de cómo haya vivido la situación. Pero lo que sí es algo generalizado, es tener sentimiento y pensamientos desagradables tras lo ocurrido, ya que es una situación difícil, para la que nunca estamos lo suficientemente preparados.
Es posible, que días después de la situación tengas algunas de estas reacciones:
• Ansiedad, angustia, tristeza, apatía…
• Bloqueos mentales, sensación de poder focalizar la atención en algo.
• Dificultad para concentrarte.
• Molestias físicas como dolores de cabeza, de estómago…
• Ganas de llorar continuamente.
• Sensación de descontrol, ganas de gritar.
• Mareos, desmayos, sensación de inestabilidad.
Todas estas reacciones, y muchas más que no hemos nombrado, son totalmente normales tras un suceso estresante.
Una vez pasado algún tiempo. Puede que sigamos teniendo alguna pesadilla relacionada con lo ocurrido, sensación de inquietud interior, problemas para dormir o que nos cueste recordar algunos detalles de lo ocurrido.Esto se debe, a que la mente sigue en estado de alerta, y le cuesta relajarse después de lo ocurrido.
Hasta que llegamos a un punto que integramos lo ocurrido. Esto ocurre cuando, el recuerdo desagradable de lo que ocurrió ya no nos hace sufrir tanto ni nos bloquea.
Como hemos dicho, todas estas reacciones son normales; por eso, es importante que no te agobies cuando las experimentes, que intentes hablar de lo ocurrido si lo necesitas, y que establezcas rutinas de autocuidado. Es bueno, volver a la rutina diaria lo antes posible y descansar y dormir lo suficiente.
Como hemos dicho, todas estas respuestas son normales; pero aun así, puede ocurrir que necesites ayuda profesional para manejar mejor lo que has vivido. No dudes en hacerlo, ya que necesitar ayuda no te convierte en alguien más débil; si no en alguien que se preocupa por sí mismo y por darse todo el apoyo que necesita.