1. Llegar a tu último día sabiendo que has vivido la vida que la sociedad te enseñó a desear y no la vida que verdaderamente querías.
2. Llegar a tu último día y averiguar que jamás realizaste todo tu potencial ni te acercaste al genio en el que tenías que haberte convertido.
3. Llegar a tu último día cuando la magnífica canción que tu vida tenía que cantar sigue en silencio en tu interior.
4. Llegar a tu último día sin haber experimentado el poder natural que posees para crear una obra y alcanzar grandes logros.
5. Llegar a tu último día dándote cuenta de que jamás has inspirado a nadie con tu ejemplo.
6. Llegar a tu último día lleno de dolor al darte cuenta de que jamás asumiste grandes riesgos y por tanto jamás obtuviste grandes recompensas.
7. Llegar a tu último día sabiendo que perdiste la oportunidad de ver ni de lejos lo que es excelencia porque te creíste la mentira de que debías resignarte a la mediocridad.
8. Llegar a tu último día lamentando no haber aprendido nunca a transformar la adversidad en victoria.
9. Llegar a tu último día lamentado haber olvidado que el trabajo consiste en ayudar a los demás, no ayudarte solo a ti mismo.
10. Llegar a tu último día y descubrir que podías haber sido un líder y transformar el mundo en un lugar mejor. Peor te negaste a aceptar esa misión porque te dio miedo. Así que fracasaste. Y desperdiciaste tu vida.
¿¿¿Cuando empezamos???